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viernes, 30 de septiembre de 2016

Panzanella


La Panzanella o también conocida Panmolle, es una ensalada originaria de La Toscana italiana. Existen datos escritos de su existencia ya desde el siglo XVI, donde era básicamente compuesta por cebollas, pan, aceite y vinagre, aunque no es hasta el siglo XX que se usan tomates para su elaboración. Esta receta es muy popular en Florencia, sobre todo en la temporada verano-otoño, su frescura y sus increíbles sabores la hace una de las ensaladas favoritas de los florentinos. También es común encontrar recetas de Panzanella con aceitunas (verdes o negras), anchoas, alcaparras, mozzarella, apio, zanahorias, orégano, pepinos, huevos cocidos, pimientos, zumo de limón, menta, vino blanco o tinto y un sin fin de ingredientes, aunque los florentinos más tradicionalistas no lo ven con muy buenos ojos, pero como “no existen” las recetas tradicionales intocables, siempre hay discusiones al respecto, por lo que puedes hacerla con los ingredientes que te gusten, y  vas a disfrutar de una de las más sencillas y deliciosas ensaladas del recetario italiano.
A los italianos les encanta su panzanella, ¡una ensalada sencilla con pan crujiente! Combina bien con tomates maduros frescos y aceite de oliva. Las mejores ensaladas son las sencillas como esta. ¿Tienes algo de pan en el armario? Sencillamente tuesta u hornea el pan y combínalo con tus ingredientes frescos y creerás que estás sentado en un restaurante de la Toscana italiana ¡no importa dónde te encuentres!


Preparación

Precalienta el horno a 200 grados centígrados. Echa el pan troceado con un chorrito de aceite de oliva para mojarlo y extiéndelo en una bandeja de horno, sazonándolo con sal y pimienta. Tuéstalo hasta que esté dorado durante 10-15 minutos, removiéndolo de vez en cuando, retíralo del horno y déjalo reposar para que se enfríe.
En una fuente grande, bate el aceite de oliva, vinagre, zumo de limón, perejil y sal.
Incorpora el pan, los tomates, la cebolla, las aceitunas y la albahaca.
¡Disfrútala!

miércoles, 28 de septiembre de 2016

¿Engorda la pasta?



Según un estudio científico, la pasta puede
ayudar a mantener un peso saludable.

La pasta nos gusta a casi todos, se suele relacionar con días de fiesta, caprichos o celebraciones, nos trae recuerdos de la infancia y de banquetes memorables en visitas a Italia. Pero es conocimiento popular que engorda mucho porque tiene muchas calorías. Es muy energética y por eso se asocia a la dieta del deportista que necesita grandes reservas para aguantar largos periodos de alta intensidad, como ciclistas, corredores o nadadores. Sin embargo, tradicionalmente ha sido un producto básico en la dieta mediterránea, de consumo diario especialmente en Italia. Por eso un equipo de investigación italiano ha querido indagar en el efecto que tiene su consumo en la obesidad.

Los datos y conclusiones del estudio
La situación de partida de este trabajo ha sido la falta de bibliografía que haya tratado el tradicional consumo de pasta en Italia dentro de la dieta mediterránea en relación con el peso corporal. A raíz de la mala fama que está teniendo este alimento en los últimos años, los investigadores han querido evaluar la asociación del consumo de pasta con el índice de masa corporal (IMC) y el índice cintura/cadera (ICC) mediante dos estudios epidemiológicos.

Los resultados de la investigación, llevada a cabo por el Instituto Mediterráneo Neurológico Neuromed de Pozzilli, acaban de ser publicados en la revista Nutrition & Diabetes, y lanza unos resultados interesantes que, en cualquier caso, deben ser tomados con cautela. El procedimiento ha consistido en tomar datos de unas 23000 personas divididas en dos grandes grupos de estudio, el Moli-sani y el INHES.
En concreto, se reclutaron 14402 participantes aleatorios mayores de 35 años de la región de Molise y 8964 mayores de 18 años de toda Italia. Para la toma de datos se usaron cuestionarios sobre los hábitos de consumo de alimentos y su frecuencia, incluyendo un dietario de 24 horas. Además se tomó información sobre peso, altura y circunferencia de cadera y cintura, en algunos casos con mediciones in situ y otras simplemente tomando los datos antropométricos directamente reportados por los voluntarios.
Después de analizar la evolución del IMC y el ICC de los participantes en relación con su consumo de pasta, los responsables del estudio concluyen que, dentro de la dieta mediterránea, la pasta no tiene una asociación negativa con un aumento de la obesidad, e incluso puede ayudar a mantener un peso saludable. Como ha declarado George Pouris, investigador del Instituto Neuromed, el consumo de pasta no se asocia a un aumento de peso, al contrario, dentro de una alimentación equilibrada puede de hecho mejorar el IMC.

martes, 27 de septiembre de 2016

Tres salsas a ‘la italiana’


Salsa boloñesa. Hacemos un sofrito o estofado de carne picada con cebolla, ajo, un poco de vino y un toque de orégano (o de albahaca). Vertemos la salsa de tomate en el mismo recipiente y dejamos que termine de cocinarse todo junto. Obtendremos una salsa enriquecida y potente, idónea para platos de pasta con recovecos (macarrones, tiburones, etc.), que se llenarán con esta salsa guarnecida.
Salsa napolitana (Foto). Añadimos orégano y cebolla cocinada (y en trocitos) a la salsa de tomate. Así conseguiremos una combinación fina, elegante y aromática que se adhiere muy bien a la pasta; en especial, a los espaguetis y tallarines.
Salsa puttanesca. La elaboramos al añadir a la salsa de tomate una mezcla de anchoa en conserva, ajo picado, aceitunas negras sin hueso y unas alcaparras, todo ello cortado muy pequeño. Conseguiremos una combinación exquisita que podemos emplear en todo tipo de recetas con salsa de tomate, desde pescado y carne hasta platos de pasta, por supuesto. Sin embargo, donde mejor lucirá es en las pizzas y los panninis.

jueves, 15 de septiembre de 2016

La mozzarella



Del italiano antiguo mozzare ‘cortar’ es un tipo de queso originario de la cocina italiana. Existe una variante de este queso en Dinamarca, pero la tradición italiana es más antigua.
Este queso fibroso y graso es utilizado tanto en fresco como tierno, pudiendo ser degustado al natural o fundido. Su uso mayoritario, y el que le ha dado fama, es para la fabricación de pizzas, donde se utiliza tanto fresco (troceado o rallado) como seco (tierno rallado), colocado sobre la masa antes de ser horneada. Muy utilizado también en ensaladas cuando es fresco. Para comer sin derretir, se acostumbra a preferir la mozzarella fresca, en forma de queso lechoso de pasta blanda.
Tradicionalmente se atribuye a los ostrogodos la introducción de búfalos en Italia. La mozzarella se puede elaborar también a partir de leche de oveja o de vaca.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Comer pasta es bueno


Entre los beneficios que podemos encontrar en este tipo de alimento contamos:
- Su capacidad para bajar a los niveles de colesterol (debido a sus bajos niveles de grasas).
- En las cantidades adecuadas ayuda a mantener el peso corporal en equilibrio.
- Por su contenido en fibra e hidratos de carbono está indicado para ayuda a contrarrestar ciertos tipos de cáncer, gracias a que detiene los crecimiento celulares en casos de cáncer rectal y a sus niveles de fibra.
- En casos de diabetes ayuda a regular niveles de azúcar en las sangré (esto es debido a que contiene almidones).
- Es altamente asimilable, esto quiere decir que todas sus propiedades son aprovechadas por el organismo ya que no se desechan los nutrientes por la facilidad al digerirla.
- Muy recomendada en personas hipertensas, debido a sus bajos niveles de sodio.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Patatas bravas

Ingredientes para 3 personas

  • 3 patatas medianas, 
  • 3 cucharadas soperas de salsa brava, 
  • aceite de oliva virgen extra, 
  • sal 
  • un poco de perejil para decorar


Para la salsa brava: 

  • 1/2 cebolla, 
  • 1/2 cucharada sopera de pimentón dulce, 
  • una cucharada sopera de pimentón picante, 
  • 2 cucharadas soperas de harina 
  •  500 ml de caldo de pollo.


La receta
Para hacer la salsa, comenzamos picando la cebolla muy fina y pochándola en una sartén amplia con 4 cucharadas de aceite de oliva. Dejamos que la cebolla se vaya haciendo a fuego muy lento y antes de que tome color, añadimos el pimentón dulce y el pimentón picante, mezclando bien con la cuchara.
Incorporamos la harina, la cocinamos un minuto o dos y cuando se ligue con el aceite formando un roux, añadimos el caldo de pollo poco a poco como cuando se hace una velouté (una especie de bechamel en la que en lugar de leche se utiliza caldo). Cocinamos durante diez minutos para que el pimentón y la harina no queden crudos. Finalmente, trituramos la salsa con una batidora y la pasamos por un colador fino para que quede perfecta.
Para preparar las patatas, las pelamos bien y las cortamos en trozos irregulares que puedan caber en la boca de un solo bocado. Ponemos a calentar el aceite de oliva y las freímos a fuego medio hasta que comiencen a dorarse. Hay quien las prefiere cocer dos o tres minutos antes de freírlas pero no es necesario.
Escurrimos bien las patatas dejándolas sobre un papel absorbente de cocina y las cubrimos sin excedernos con 3 cucharadas soperas de salsa brava, dejándolas sin cubrir del todo como podéis ver en la imagen de portada. Las espolvoreamos con una pizca de perejil picado y las servimos muy calientes, poniendo más salsa brava aparte para quien se la quiera añadir.


viernes, 2 de septiembre de 2016

Calamares a la romana



Estamos ante un plato típico de muchos países de la zona del Mediterráneo, se trata de unos calamares rebozados, también llamados “a la romana”. Se suelen servir como tapa o aperitivo acompañados de unas rodajas de limón. A lo largo y ancho del territorio español, no hay cocina que se precie que no ofrezca esta deliciosa preparación. En algunas zonas, más alejadas de la costa, es también típico servirlos dentro de un bocadillo.
El calamar es un ingrediente muy utilizado en la gastronomía de muchos países. Es muy típico prepararlo acompañado de salsas típicas de la región, así, en países como México se preparan con tabasco u otras salsas picantes, en algunas regiones de China se pican los calamares y se mezclan con diversos ingredientes como chili, sal y harina. En Perú, los calamares se sirven con yuca sancochada, salsa criolla y rocoto, que es un tipo de pimiento picante muy tradicional de la cocina peruana.
La elaboración de esta receta pasa por limpiar los calamares y cortarlos en anillas que, tras ser rebozadas, se fríen en abundante aceite.
El rebozado es la clave para lograr un magnífico resultado. Para prepararlo se recomienda hacer uso de harina de trigo, o, si se desea aportar un extra de sabor, se puede utilizar de harina de garbanzos, pero teniendo en cuenta las posibles alergias a la harina de garbanzos.